Digerir la nutrición

Aunque parezca una obviedad,  los perros son caninos.

Usted se preguntará qué tiene que ver esta afirmación con lo propuesto en el título. Pues bien, el apelativo canino también se utiliza para nombrar a las piezas dentales más conocidas de esta especie.

Solamente con observar en profundidad la estructura de la boca de los perros, podemos inferir que su “armado” dental corresponde a una alimentación preponderantemente carnívora.

Lo explico para una mejor comprensión: sus mandíbulas amplias permiten capturar la presa a la carrera. Poseen dientes caninos, o más comúnmente llamados colmillos largos y filosos, especiales para desgarrar la carne, e impresionantes, pero casi ocultos, premolares, más apropiados para cortar que para moler.

Siempre pensé que la nutrición más apropiada para cada especie iba de la mano de su naturaleza intrínseca, por lo que se podría asegurar que las dietas con abundantes componentes cárnicos serán las más apropiadas para la alimentación de un carnívoro.

Sin embargo, debemos considerar que originalmente estos milenarios compañeros de la especie humana no se alimentaron siempre como lo hacen ahora.

En su primera época de cazador, el perro se procuraba el alimento comiendo huevos, carroña, pequeñas presas o alguna más grande si lograban capturarla con ayuda de su jauría.

Si el tamaño lo permitía, las consumían en su totalidad empezando desde las partes más blandas o fáciles de comer, como las vísceras. Es importante decir que también ampliaban su espectro nutricional hacia una forma un poco más omnívora al comer granos, vegetales o frutos que se encontraban en estado de pre-digestión, conjuntamente con una carga bacteriana que actuaba como un importantísimo prebiótico.

Al variar la posibilidad de alimentarse por el azar de lo que encontraban se aseguraban el  “balance de nutrientes” a lo largo del tiempo.

Esta era la “carne” que comían estos perros en tiempos lejanos.

Como todos sabemos, el hábitat canino ha cambiado drásticamente. Los amplios espacios verdes han sido reemplazados por el patio de la casa o, en el mejor de los casos, por un reducido jardín. Es decir, cambiaron los montes o los bosques por macetas, las montañas por terrazas y las muy variadas presas por ¡¡comederos!!

Este comedero es la única “presa” actualmente disponible y debe asegurar con su contenido una completa provisión de todos los nutrientes antes logrados por la variedad, sin excesos ni defectos.

Es allí en dónde comienza la ciencia de la nutrición. Una ciencia perfecta y con un desarrollo cada vez más importante destinado a satisfacer no sólo cada una de estas necesidades, sino que actualmente apunta también a colaborar con diferentes aspectos de la salud; crear dietas específicas para determinadas patologías y brindar soluciones nutricionales para distintos momentos del desarrollo (etapas de cachorro, vejez o momentos de training o trabajo).

Quienes trabajamos en nutrición canina debemos asegurar que cada una de las croquetas del producto que usted elija para su mascota porten todas las sustancias imprescindibles para lograr este balance.

Debemos también encargarnos de industrializarlas correctamente para aumentar su digestibilidad, garantizar el mejor sabor para que a su perro le “guste” y lograr una total correspondencia con lo descripto en la etiqueta.

Dr. José María Lorenzo MV
Nutrición Profesional SA